S-21 vs The act of killing

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Si bien, es cierto que no existe una forma única de contar historias, pero si de toda la gama de posibilidades se eligen las dos opuestas y se ponen sobre la misma mesa tendremos una inevitable controversia. ¿Será que hay formas correctas y formas incorrectas de contar historias? La respuesta es sólo tuya, lo cierto es que estos dos documentales no te dejarán indiferente.

Por: Roi Herrera

Una vez más abordaremos el tema de la ética. Confrontaremos estas dos películas, ya que pueden ser parecidas en cuanto a estructura, aunque geográficamente tienen lugar en dos sitios distintos y abatidos por partidos políticos opuestos, en los dos documentales vemos resultados similares: S-21 se desarrolla en una ciudad de Camboya con un gobierno comunista que torturó y mató a todas las personas que tenían pensamientos de derecha. Sin embargo, The act of killing ocurre en una ciudad de Indonesia, gobernada por el partido de derecha, quienes pagan a unos matones para acabar con los comunistas a toda costa.

S-21

S-21 | Rithy Panh

Es más que clara la similitud en cuanto a temas, pero la realización es completamente diferente, si bien Rithy Panh, en un momento del documental, ha dicho a sus personajes que intenten hacer gestos y que repitan algunas conductas de las que hacían al momento de ser torturados o apresados siempre está del lado de las víctimas, ellos casi pueden tener el control de la película.

Por otro lado, Oppenheimer da el control total de la película a los matones, el documental va de cómo harían estas personas una película de ellos mismos para que queden “registrados” en la historia. Tema que criticó el propio director de S-21, diciendo que no puedes dar el control de tu película a unos asesinos, sin embargo la transformación que vive el personaje principal en The act of killing no es coincidencia, es algo completamente planeado por el director.

Dicho esto, entramos en un debate de ética, ¿en realidad Oppenheimer cruzó el límite con este documental? debemos tomar en cuenta que estas personas siguen gobernando esta pequeña ciudad de Indonesia, por lo que no puedes hacer lo que hizo Rithy, al confrontar dos mentalidades diferentes dentro del documental, en el de Oppenheimer prácticamente estarías sentenciando a muerte a los personajes. Quizá el trabajo de Rithy es excelso, deja que la víctima pueda ser escuchada, que le exprese el dolor que vivió al que le hizo vivir ese dolor, frente a frente, algo que seguramente todos ellos quieren hacer. Sin embargo en The act of killing sería una tarea quizá interesante pero, considero, se alejaría de cualquier rastro ético que puede tener un documentalista, es un contexto en el que no creo que puedas darle voz a la víctima, solo puedes hacer notar el grado de enfermedad y locura que tienen los represores.

Ahora bien, si es cuestión de buscar también podemos encontrar faltas de ética en S-21, por ejemplo, él te muestra quién es el malo de la historia, no te está dando la oportunidad de juzgar, cuando la situación es obvia, creo que sobra la insistencia en el hecho de quién juega qué papel. Él te lo deja bien claro y ese es un trabajo que el espectador debe juzgar por si mismo. Sin embargo en The Act of Killing llega a un punto que hasta podría parecer observacional, sabemos que ésto es imposible, ya que es evidente lo que está pensado y que está planeada cada una de las escenas, pero está tan bien hecho que podrías creerlo.

Podríamos cansarnos de juzgar las éticas de estos dos directores ya que los temas que están tratando son muy delicados y un tema así siempre abrirá las puertas a este tipo de discusiones y polémicas. Sin embargo, en los dos casos y desde mi punto de vista, el resultado final es siempre intachable y sincero. En los dos casos se intenta resaltar el sufrimiento de las víctimas, simplemente se usan diferentes caras de las monedas, por lo que considero que estas dos películas se complementan más de lo que deben competir. Si bien, y como he dicho antes, los hechos ocurrieron en lugares diferentes y por cuenta de partidos políticos opuestos, los resultados e intenciones eran los mismos, igual que los documentales y si lo vemos fríamente estos dos lugares no sólo tienen historia similares, también tienen una película en común.

The act of killing

The act of killing | Joshua Oppenheimer

En cuanto a planeación y montaje considero que The act of killing es intachable, la planeación es precisa y seguramente no se salió mucho de su guión. Pero considero que sentimentalmente hablando S-21 tiene una fuerza tremenda, pone los pelos de punta en más de una ocasión, expresa situaciones de manera poética. Pero eso sí, cualquiera de estos dos documentales es difícil, casi imposible parar de mirarlos, es increíble la manera en que los dos directores pueden captar la atención del espectador, y le pese a quien le pese, ambos están logrados de una manera única.

Pero lo que más me impresiona en la comparativa de estas dos películas, es el hecho de que tratando temas tan similares se puede llegar a resultados tan diferentes, quizá para muchos las conclusiones sean muy parecidas, cosa que a mi parecer le suma importancia. Es decir, documentando temas equivalentes pero desde diferentes puntos de vista puedes llegar a conclusiones similares, esto nos comprueba que sin importar el tema, la visión del director y la planeación del equipo es de las cosas más importantes de cualquier documental. En un mismo tema, en una misma persona hay una cantidad impresionante de posibles temas y puedo asegurar que cada uno de ellos sería diferente, si lo tratan personas diferentes, claro.

Llego a la conclusión de que si se quiere hablar, bien o mal, de cualquiera de estas dos obras se tiene que ver la otra. Para poder criticar antes debemos saber la contraparte, y en este caso tenemos la ventaja de que ya está hecha. No solo por eso tenemos que ver las dos películas, se tienen que ver por el estilo que desarrolla cada una y sobre todo porque son dos increíbles documentales de dos grandísimos directores.


 roiSoy Rodrigo, realizador y espectador de documental. He hecho videos de todo tipo, pero desde que hice el primer documental fue algo que me atrapó. Migración, pandillas, rock y futbol son los temas que he tratado, hasta ahora.

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